Ha fallecido D. Fulgencio Ortega Iniesta, segundo Director de la Escuela de Maestría Industrial de Murcia, hoy, IES Miguel de Cervantes.
Comenzó su andadura en 1956. Contratado por el Patronato de la Formación Profesional, como Jefe de Talleres y Estudios. Su misión era, ordenar las prácticas y sincronizar los estudios teóricos con los prácticos de modo, que todo ello constituyeran un conjunto armónico encaminado a la mejor preparación teórica y práctica de los alumnos. Términos fijado en su contrato. Ocupó este cargo hasta el 1.961, que por cese de su fundador y primer Director D. Ramón Luis Pascual del Riquelme, se hizo cargo de la Dirección de la Escuela.
Podemos asegurar que la F.P. en Murcia nació de la mano de D. Fulgencio, siendo la escuela de trabajo, el embrión del que surgieron la mayoría de los Centros de Murcia.
Todo este proyecto comenzó en el año 1954 con una matrícula de 86 alumnos, llegando a tener en la década de los 70 más de 3000. Siendo el segundo por número de alumnos de España.
Durantes su gestión, se fomentó el arte en el Instituto, al rodearse de artistas. El maestro Fernando que conocía el arte de la fragua y Pedro López ( Periquín), el manejo de buril, realizándose así el Cristo de la Capilla en metal y la talla de San Juan Bosco en Madera ( a las órdenes de Nicolás Martínez Ramón). Adquiriendo una importante colección de cuadros, de artistas murcianos emergentes en aquellas época.
La tarea de este Coronel Ingeniero de Armamento a formar a los jóvenes para el desarrollo de una profesión, le llevo a ocupar entre los años 1972 y 1979, el puesto de Coordinar Provincial de Formación Profesional.
En mi opinión, no ha sido reconocida la tarea de estos dos primeros precursores de la F.P. en Murcia, D. Ramón Luis Pascual del Riquelme y D. Fulgencio Ortega Iniesta, especialmente este último por su larga trayectoria al frente de la Escuela de Maestría.
Valgan sus ultimas palabras en público en la inauguración del 50 aniversario del centro, como homenaje a una vida dedicada a la formación de los más jóvenes. (recogido en el libro, Historia del Instituto Educación Secundaria Miguel de Cervantes. Una aportación al desarrollo de la Formación Profesional, en Murcia. 1954-2004. Antonio Sánchez Moreno )
“Fui el segundo director del Centro y la verdad es que creí que me iba a impresionar al repasar los recuerdos y verdaderamente ha resultado emocionante el acercarme de nuevo a la institución que tuve el honor de dirigir.
Quiero resaltar solamente un gran nombre, no porque fuera el primer Director y fundador, sino porque fue el alma y el espíritu de la Escuela: D. Ramón Luis Pascual del Riquelme. Lo fue todo y yo quisiera que este Cincuentenario lo que más resaltara fuese el nombre de esta persona.
De la mano de él vinieron los primeros profesores, pero traídos de la mano: D. José Coll, Sr. Virgili, Santa Cruz, Sr. Villar, Sr de la Peña. Todos estos fueron la primera apuesta de esta Escuela y, desde luego, ninguno vino por motivos económicos, porque yo me fui y aún no se cobraba nada, pero nada de nada. Yo creo que el que más cobraba percibía 10.400 pesetas en concepto de gratificación, … pero al año. Los demás estaban aquí porque D. Ramón Luis les había traído. Después fueron viniendo otras personas: D. Antonio Manzanera, el Sr. Prado Matamoros, el Sr. Guzmán, los maestros Vicente, Vázquez y Norberto, … que dejaron nombre en la Escuela. Todos ellos fueron el embrión de lo que fue y tenía que ser después este Centro.
Pronto tuvimos la primera baja, vinieron los hermanos Porto y uno de ellos falleció en el primer curso y aquello fue haciendo historia.
También quiero resaltar un nombre que algunos de los actuales profesores y ex alumnos pueden recordar: Julio. Era administrativo, un individuo que a lo mejor no servía mucho para ese oficio, esa es la verdad … pero fue entrenador de los equipos y jugador del Real Murcia. Es celebre un gol que metió con la mano. Y desde entonces él llevaba los equipos de baloncesto, jockey y fútbol. Los entrenaba, les pitaba y, en fin, lo hacia todo … menos ser administrativo. Yo también quiero recordarle en esta efemérides, porque se lo merece.
Después vinieron años en donde tuvimos equipos de los referidos anteriormente y tablas de gimnasia. Me acuerdo de D. Miguel González, que fue un magnifico profesor de gimnasia. Participamos en los juegos provinciales y nacionales en Madrid, en donde nos lucíamos con las exhibiciones preparadas por D. Miguel.
Entre las cosas importantes que sucedieron en aquel entonces es que fui recibido en dos ocasiones por el Jefe del Estado Español, por méritos que tenía el Centro, tanto por los Campeonatos Nacionales Laborales, como por eventos deportivos. Me llevé los honores de aquellos años en los que todavía no había sido nombrado director del Centro.
Llegó un momento, en el año que se fue D. Ramón Luis y que me dejaron a mi como director, que creí que iba a salir gritando, pero la verdad es que lo hice muy bien: el centro andaba solo y esto era una nave que hiciera yo lo que hiciera, navegaba sola. D. Ramón Luis lo había dejado con la cuerda suficiente como para que el Centro, con poco esfuerzo funcionara solo. Llevar la Escuela para mi era muy sencillo, simplemente me dejaba llevar y funcionaba bien, muy bien.
Entre las anécdotas que quiero resaltar es la peregrinación que se hizo a Roma a ver al Papa Pablo VI. La Dirección General de Formación Profesional encargó a esta Escuela que se confeccionara el regalo que había que ofrecerle y se hizo aquí. Fueron cuarenta alumnos y tres profesores. Yo no pude ir por circunstancias personales y lo sentí mucho. Todo salió muy bien, pero vinieron muy cansados por el autobús en el que viajaron, que los reventó.
La Dirección General de Formación Profesional tuvo en esta Escuela un consultor. Era rara la semana en que no tenía que ir yo una o dos veces a Madrid para estudiar los nuevos planes de estudio. Estuve muy metido en ello. Por eso me sabía todas las reglamentaciones y toda la legislación.
Entre los alumnos de esta Escuela hemos tenido dos directores del Centro: Francisco Porto y Ramón del Águila. Y empresarios de renombre como D. Manuel Torres, que marchó a Navarra en donde montó una gran empresa de fabricación de elementos aeronáuticos (con una delegación reciente el Lobosillo –Torre Pacheco-. De esta persona hay que resaltar que da conferencias en las que presume de que su preparación proviene de Formación Profesional, en la Escuela de Maestría de Murcia. También el presidente de la Confederación de Empresarios, D. Tomás Zamora, que pasea con orgullo ser alumno de esta Escuela.
Me siguió como director D. Antonio Manzanera. Cada uno fue de una manera. Si D. Ramón Luis fue el alma de la Escuela y yo un individuo que se dejó llevar, D. Antonio si no era San Antonio le faltó poco. Un hombre inteligente, paciente y una buena persona. Recuerdo que una vez vino un señor de Cartagena porque a su hijo le habían retirado la beca, porque un profesor de Ciencias le había suspendido injustamente. Estábamos en mi despacho D. Antonio y yo. Él no abrió la boca y el padre puso verde a ese profesor: que le había maltratado, que había sido injusto, etc. Y D. Antonio sin decir una palabra. El padre estaba viendo al hijo ponerse de todos los colores pues el chico estaba pensando: “mi padre le está diciendo al profesor todas las barbaridades que yo le he contado, sin saber que el profesor está delante de él”. Al final tuve que decirle que el profesor al que se refería era yo mismo y como podía comprobar no me había enfadado. En ese momento el padre no la emprendió con el hijo de milagro.
D. Antonio tuvo un acierto grande, nombró secretario al que yo había tenido como secretario particular en la Fábrica de la Pólvora: Guevara. Y debió hacerlo muy bien pues, después, no hubo director que no dijera: “yo no me hago cargo de la dirección si no lo tengo como secretario”. D. Antonio lo hizo muy bien porque todavía quedaba cuerda de la que le había dado a la Escuela D. Ramón.
Quiero decir una cosa más. Soy consciente de que no tiene arreglo, pero lo hago como recuerdo y para que no se me quede dentro. En el primer Claustro que yo presidí, hice una propuesta al Ministerio de Educación dándole a este Centro el nombre de su fundador: Pascual del Riquelme. En el Ministerio dijeron que no era oportuno, porque aún vivía y además era el presidente de la Junta de Formación Profesional y que habría tiempo. Ningún tiempo ya…. Yo no voy a reñir entre Cervantes y Pascual del Riquelme, por supuesto que no lo voy a hacer. Cervantes era un gran escritor y D. Ramón un personaje de Murcia. Y en la Escuela lo era aún más. En aquel entonces seguro que no habría ningún voto en contra, ni de alumnos ni de profesores. Cervantes a nosotros no nos decía nada y Ramón Luis si. Con esto creo que cumplo.
Que me he emocionado con los recuerdos y me alegro de participar.
Fulgencio Ortega Iniesta
Marzo de 2004
Director del Centro (1961-1976) y Comandante de la Fábrica de Pólvoras de Murcia”
(Textos y fotografías del libro, Historia del Instituto Educación Secundaria Miguel de Cervantes. Una aportación al desarrollo de la Formación Profesional, en Murcia. 1954-2004. Antonio Sánchez Moreno )